lunes, 14 de marzo de 2011

Profecía que tiene en vilo a Bogotá

Como si se tratara de una profecía apocalíptica, los bogotanos hablan con horror sobre la inevitable catástrofe que padecerán a partir de mayo. Resignados, miles de conciudadanos se preparan para ver como la carrera séptima será destrozada sin previa planeación, bulldozerizada por varios años y enterrada entre horribles mallas verdes, mientras reinará un caos vehicular y de tráfico nunca antes visto en la historia de esta ciudad.

A veces se justifica imponer condiciones duras a la ciudadanía en busca de un mejor futuro para todos. Pero resulta necio maltratar innecesariamente a los bogotanos, sólo por cuenta de leguleyadas y falta de planeación distrital. El caso paradigmático de este ejemplo es la nefasta y estúpida obra que el Distrito se empeña en realizar sobre la carrera séptima a partir de mayo.

¿De qué sirve apresurarse a construir un transmilenio ligero sobre la séptima, concebido para ser una línea de soporte al metro, cuando ni siquiera se han iniciado las obras del tan anhelado metro?

¿Por qué acelerar el inicio de una obra que trastornará profundamente la movilidad vehicular en la capital cuando aún no se han terminado otras que también nos tienen sumidos en los peores trancones?

Tengo la esperanza de que la ciudadanía no se dejará meter este gol de forma tan lamentablemente pasiva y resignada como nos hemos dejado meter todos los demás (la 26, los Nule, el Contralor Distrital, etc.) Este es un país curioso. Los camioneros protestan, se movilizan y obtienen lo que quieren. Igual con los maestros, los transportadores y tantos otros gremios. Yo me pregunto, ¿cuándo es que la ciudadanía va a hacer lo propio, se movilizará y evitará que, por ejemplo, el Alcalde Moreno destroce irresponsablemente la sétima mientras cientos de miles de bogotanos padeceremos insufribles trancones por los próximos 3 o 4 años?

Veo con entusiasmo cómo diferentes grupos de ciudadanos se están organizando para detener esta hecatombe que se nos viene en ciernes. Es de destacar el movimiento “La séptima se respeta” liderado por Angélica Lozano (www. laseptimaserespeta.wordpress.com) que con excelentes argumentos ha demostrado el craso error que resultaría emprender las obras previstas para mayo. Abundan además los grupos en Facebook que se oponen al comienzo de estas obras, todos ciudadanos preocupados por evitar que su nivel de vida se deteriore considerablemente a partir de mayo.

Invito a los bogotanos a que no nos quedemos sentados, mirando con resignación como Samuel Moreno destroza la última avenida que aún no era víctima de sus contrataciones y desaciertos. Acompañemos a tantos grupos y movimientos cívicos que pacíficamente le exigirán al Alcalde no destruir la poca movilidad y malla vial aceptable que queda en Bogotá.