miércoles, 20 de octubre de 2010

Ante una Comisión eunuca, podrá sucumbir la Reforma a la Justicia

Al tiempo que José Manuel Vivanco denunciaba la grave situación en Colombia, por cuenta de la cual vamos para un año y cuatro meses sin tener Fiscal General de la Nación, en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes parece cada vez más hundido un proyecto de ley por virtud del cual se pretende corregir la permanente interinidad en cargos públicos designados por las altas cortes. El proyecto, que presenté a comienzos de la presente legislatura, ni siquiera se hunde por razones de fondo. Al menos 12 parlamentarios se han declarado impedidos para poder participar y votar en la discusión del proyecto, pues alegan que las actuales acusaciones que tienen ante las altas cortes les impiden pronunciarse sobre un proyecto de ley que afecta el funcionamiento de la Justicia. Ante el mar de impedimentos, ayer fue imposible conseguir el quórum necesario para poder entrar a debatir el proyecto de ley que propuse.

Yo me pregunto: ¿cuántos impedimentos habrá en marzo, cuando el gobierno presente la anunciada reforma a la justicia? Si ante un proyecto que sólo pretende fijar un término de tres meses para que las altas cortes elijan Fiscal se presentan tantos impedimentos que resulta imposible debatir el proyecto, ¿cuántos impedimentos no se irán a presentar cuando se debata en Comisión reformas que sí alteran de manera profunda la sustancia y composición de la cúpula de la Justicia en Colombia? 

Sin irrespeto pero con la más absoluta franqueza, advertí ayer a mis colegas parlamentarios una realidad evidente y gravísima: que dado el alto número de impedimentos, la Comisión Primera de la Cámara de Representantes ha quedado prácticamente “inhabilitada” para debatir y tramitar leyes que se refieran a la justicia. ¡Tamaño inconveniente para una Comisión constitucional y legal cuyos temas de resorte son, precisamente, aquellos relacionados con la administración de Justicia! Esta realidad carece de toda presentación y cuestiona peligrosamente la legitimidad de la Comisión I y del Congreso.

En una lamentable manifestación de bajeza argumentativa y política, una representante del Partido Liberal respondió a mi advertencia con una insultante diatriba contra mi persona y mi familia, sobre la cual ni siquiera me pronunciaré. Pero por más cortinas de humo y argumentos ad hominem, ningún parlamentario podrá negar la contundencia de la realidad que ayer se verificó: que la cantidad de impedimentos presentados en la Comisión para tratar temas relacionados con la Justicia pone en grave peligro  el trámite de leyes que pretendan reformar el sistema judicial en Colombia.

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