miércoles, 7 de septiembre de 2011

Elegir bien: un deber

“Nuevamente la ciudadanía residente en Bogotá tiene la palabra”

NO es tarea fácil pero tampoco imposible, emprender desde ya la recuperación de
la ciudad. El 29 de mayo los partidos tuvieron la responsabilidad de establecer el
primer filtro a quienes aspiraban a participar en las consultas para integrar las listas a
corporaciones públicas que en octubre deben elegir ediles y concejales. El trabajo
hay que comenzarlo por la base y aquí el compromiso está en la ciudadanía.

En todas las localidades saben de tiempo atrás quiénes son los políticos que
trabajan en beneficio de las comunidades y cuáles acuden al engaño para hacerse
elegir; no hay excusa para ignorar una realidad agobiante que amenaza con
destruir el esfuerzo de los gobiernos que en el pasado lo hicieron bien y trazaron la
ruta del optimismo.

Quienes deseen formar parte de las Juntas Administradoras Locales en la capital,
tienen la obligación de presentar a sus comunidades una información precisa de
sus pretensiones, y mostrar que sus aspiraciones no están precedidas de intereses
personales sino que desean representar ante la Administración Local y Central a
ese puñado de conciudadanos que confían que por su gestión van a ser tenidos en
cuenta.

Los ediles son los inmediatos servidores públicos con quienes la ciudadanía tiene el
primer contacto. Es a ellos a quienes corresponde ventilar los problemas que
afectan a sus localidades, razón más que suficiente para pensar que quienes
aspiran a ocupar esas posiciones tienen la obligación moral de actuar
cristalinamente. Si logramos que en este primer ejercicio democrático queden los
mejores tendremos garantizado el comienzo del cambio.

Para evitar que el retroceso de la ciudad se perpetúe tenemos que actuar ya, y
esa posibilidad está en sus conciencias. Denunciar todo cuanto afecte el libre
ejercicio de la democracia. La corrupción que se enquistó en la Administración
Distrital ya comenzó a desbaratarse y con ello se abre la posibilidad de recuperar
la ciudad. Los bogotanos se equivocaron hace 4 años al elegir a Samuel. Esta vez
tenemos que acertar.

Sólo con un candidato de Unidad, que interprete los intereses de todos cuantos
vivimos en esta urbe, que esté por encima de los partidos, se podrá reiniciar la
reconstrucción política de la capital. Estamos a tiempo de enderezar la actividad
política y ello se logra si acudimos a las urnas de forma masiva a respaldar a
nuestros candidatos en la consulta de mayo.

Nuevamente la ciudadanía residente en Bogotá tiene la palabra, de ustedes
depende que las personas que resulten elegidas puedan garantizar un trabajo
transparente por la ciudad, donde no tengan cabida las coimas y los carruseles
sean hechos del pasado a los que la Justicia impuso su máxima condena.

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